El Tejo Pasado

Las señales enviadas por el ministro de Hacienda en orden a flexibilizar algunos puntos del Proyecto de Ley de Reforma Tributaria, han sido muy bien recibidas.

No obstante, esta rápida flexibilidad habla de varias cosas. En primer lugar, se reconoce que las materias contenidas en la Reforma no son fruto de grandes consensos ni acuerdos, ni menos forman parte de un deseado “Pacto Tributario”. Sumado a lo anterior, si bien se abrieron instancias de participación ciudadana, a través de los Diálogos Sociales, entre audiencias públicas y encuentros ciudadanos, pareciera que no se tomó en cuenta la opinión de expertos sobre materias tan relevantes como el impuesto al patrimonio, la desintegración del sistema y los incentivos tributarios, entre otras materias. Incluso es posible concluir que la premura en cumplir los plazos de presentación hizo que tampoco se tomaran en consideración las recomendaciones de la OECD respecto de la tributación de las personas.

«Si bien esta estrategia podría traer buenos resultados políticos al Gobierno, presenta varios riesgos para el sistema impositivo nacional».

Así las cosas, se ha generado en el ambiente colectivo, la sensación de que esta reforma se presentó con el tejo pasado, probablemente con un objetivo político detrás, esto es, eliminar ciertas materias con tal de asegurar una rápida tramitación en el Congreso. Si bien esta estrategia podría traer buenos resultados políticos al Gobierno, presenta varios riesgos para el sistema impositivo nacional. Por una parte, se acelerará su discusión por lo que materias que merecen un estudio profundo dada su complejidad no lo tendrán, por otra parte, se corre el riesgo que la técnica legislativa contenga errores que se deberán subsanar con posterioridad.

Correspondería que el Gobierno replanteara su reforma tributaria, presentando las indicaciones que correspondan desde ya y así develar cual es la verdadera reforma que quieren que sea tramitada y discutida, acompañado de un paquete de medidas que estimulen el ahorro individual y corporativo, e incentiven nuevos proyectos de inversión y crecimiento, conscientes del escenario económico que atravesamos.

Legislar con el tejo pasado no ayuda a consolidar confianzas ni tampoco disminuye la incertidumbre en la economía.

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